No hay nada que ayude más que contar lo que te pasa a otra persona, no pierdes nada. Hay buenos momentos, pero también los hay malos, y por desgracia predominan los malos momentos. Cuando algo es bueno, siempre tienes gente alrededor que está feliz y alegre, pero en los malos momentos poca gente de la que esperabas aún sigue ahí. Si no estás en los malos momentos no sirve de nada estar en los buenos, no ves la diferencia de estar con alguien por un motivo u otro.
Épocas malas tenemos todos. Unas duran mucho, otras poco y otras van y vienen. Las cosas no salen siempre como uno espera, pero hay que luchar por lo que quieres e intentar conseguirlo. Por intentarlo no pierdes nada, y siempre tendrás mucho que ganar.
Confiar en uno mismo es fundamental, la confianza propia es lo más importante que uno debe tener. Se puede ser optimista o pesimista, pero las cosas son como son. El que algo quiere algo le cuesta, y no debes rendirte si es lo que de verdad quieres conseguir. Porque no importa el qué dirán, lo que importa eres tu y lo que quieres. Si la gente de tu alrededor de verdad siente aprecio por ti se alegrarán. Si no, sintiéndolo mucho, es tu vida y haces lo que piensas que es mejor para ti...
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