jueves, 26 de abril de 2012

Vacío.

No uso mucho el blog últimamente.
La gente me dice que le gusta como escribo y, sinceramente, a mi también me gusta. Pero no me gusta sobre qué escribo, véase cuando me pongo a divagar sobre penas y tristezas.
Uno usa su blog como desahogo, cosa que está bien. Pero hay problemas, pensamientos u opiniones que no tienes la necesidad de airear para que cualquier persona que pueda llegar a leer estos textos, sin ánimo de ofender, se entere de tu vida.
Puedes decir cosas superficiales, contar algo por encima para que nadie sepa lo que pasa más allá. Desahogarte lo justo para poder aguantar un poquito más.
Hay veces que no funciona. Las lágrimas ni siquiera salen de tus ojos y sientes que se te va a parar el corazón. Sientes que nada puede ayudarte, porque lo único que te ayudaría es, por una cosa o por otra, imposible que te sirva en ese preciso momento.
Ni siquiera el consuelo de que mañana será otro día te ayuda y, por más que intentas dejar de pensar, escuchar música ( que siempre acaba hundiéndote más ) u otra cosa, nada te sirve.
Tienes sueño pero no puedes dormir, tu cuerpo te pide un descanso y, por más que quieres dárselo, algo en tu interior lo impide.
Tampoco puedes llevar siquiera el ritmo en lo que estás escribiendo. No sé quién llegará a leer esto y, por más que se lea en un par de minutos, escribirlo lleva su tiempo y no es precisamente poco. Aunque la mayoría esto ya lo sabe.
Dicen que lo más importante para una persona es uno mismo. Pero, ¿qué haces si no tienes lo que se llama "amor propio"? ¿Qué haces si, por más consejos que des a la gente, a ti no te sirve ninguno?

Y para acabar, citaré una frase de una entrada anterior:
¿Qué haces cuando ya no te queda nada? Tocar fondo y no querer subir a la superficie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario